Autor: Carlos Andrés (codirector de BC Performance)
Introducción
Como habíamos visto en la primera entrega de Patologías funcionales los síndromes cruzados son aquellas alteraciones en el equilibro entre la musculatura anterior y posterior del cuerpo. Estos desequilibrios son provocados por una inhibición de la musculatura fásica producido por un acortamiento de la musculatura tónica antagonista.
En esta segunda entrega vamos a exponer los otros dos patrones más típicos junto al síndrome cruzado superior, el síndrome cruzado distal (Imagen 1) o también denominado síndrome cruzado inferior (SCI) y el síndrome estratificado (SE) o síndrome por capas.
Imagen 1
Síndrome Cruzado Inferior
El SCI se caracteriza por un acortamiento de los extensores toraco-lumbares que cruza hacia ventral y hacia abajo encontrando un acortamiento de la musculatura flexora de cadera, el psoas y el recto femoral. Estos acortamientos provocan una debilidad en la musculatura abdominal profunda que cruza hacia dorsal y hacia abajo encontrando debilidad en el glúteo mayor y medio. Estos patrones crean disfunción en las articulaciones coxofemoral y sacroiliaca, así como en los segmentos L4-L5 y L5-S1. Estos desequilibrios musculares provocan cambios posturales como una anteversión pélvica, lordosis lumbar incrementada, rotación externa de fémur e hiperextensión de rodilla. En los adultos el desequilibrio se inician en la pelvis y continúa hacia hombros y cuello. En los niños se da la situación contraria, el desequilibrio se inicia en cuello y hombros, y continúa hacia la pelvis.
Dentro del SCI Vladimir Janda identificó dos subtipos de síndromes:
– Síndrome A (Imagen 2)
Si la lordosis lumbar es profunda y corta, el desequilibrio es predominante en los músculos pélvicos, (Janda, 1987). En este síndrome encontramos un mayor uso de la flexión y extensión de cadera para el movimiento, la postura demuestra una anterversión pélvica con ligera flexión de cadera y rodilla. Esto se compensa con una hiperlordosis limitada de la columna lumbar y con hipercifosis en segmentos lumbares altos y toraco-lumbares. En este subtipo de síndrome el patrón correcto de corrección sería estirar el psoas y recto femoral los cuales se encuentran facilitados y activar el glúteo.
Imagen 2
– Síndrome B (Imagen 3)
Si la lordosis es poco profunda y se extiende hasta el área torácica, el desequilibrio es predominante de los músculos del tronco, (Janda, 1987). En este tipo existe un mayor movimiento en el área lumbar y abdominal, la postura muestra una lordosis lumbar mínima que se extiende a los segmentos toraco-lumbares, compensada por una cifósis toracica y antepulsión de la cabeza, a colación de esto el centro de gravedad se desplaza hacia atrás, los hombros se ubican detrás del eje del cuerpo y las rodillas se encuentran hiperextendidas. En este subtipo de síndrome nos encontramos con la musculatura lumbar sobreactivada, que se debería relajar y la musculatura abdominal inhibida, por lo que se debería activar.
Imagen 3
Síndrome en capas
El Sindrome estratificado o tambien denominado en capas (Imagen 4) es una combinación del SCS y SCI, se caracteriza por el marcado deterioro de la regulación motora que va incrementando con el tiempo y tiene un pobre pronóstico en comparación a los SCS y SCI debido al largo período de tiempo que se ha mantenido la disfunción. Este síndrome se observa sobre todo en personas mayores y en pacientes que han sufrido cirugías no satisfactorias para la hernia del nucleo pulposo.
Imagen 4
Conclusiones
Los SCS, SCI y Síndrome en capas están producidos por desequilibrios musculares, los cuales afectan directamente a los patrones motores provocando alteraciones de la postura. Por tanto músculos tan fundamentales en el correcto funcionamiento de la función motriz están inhibidos, esto es provocado por la facilitación o acortamiento de otros músculos. De modo que la relajación de la musculatura facilitada y activación de la musculatura inhibida junto con una re-programación motriz son la clave en el tratamiento para corregir estas patologías, estos aspectos los trataremos en la siguiente entrega de Patologías funcionales (patologías funcionales III).
Referencias
1. Liebenson, C. (1999). Manual de rehabilitación de la columna vertebral (Vol. 88). Editorial Paidotribo.
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